My Boat and I

Más de 70 años y una aventura inolvidable alrededor del mundo a bordo de un Astréa 42

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Una gran retrospectiva de un viaje de tres años alrededor del mundo

Michel Delaitre y Minouche (su nombre real es Marie Glorieux), dos propietarios de un Astréa 42 Fountaine Pajot, acaban de completar su vuelta al mundo tras más de 3 años navegando.

Este inolvidable periplo, descubriendo las maravillas naturales del globo, les llevó por casi 55 territorios, y les ofreció la inmersión más inesperada en culturas muy distintas de la francesa, de donde proceden.

Con 120 escalas y habiendo navegado miles de millas, su aventura es el testimonio de una pasión compartida por el mar, la navegación a vela y la exploración. Con gran placer, y un toque de emoción, nos reunimos de nuevo con estos septuagenarios aventureros para una última charla.

3 años de vuelta al mundo en catamarán a bordo de un Fountaine Pajot Astréa 42

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Un proyecto cuidadosamente pensado.

El proyecto de dar la vuelta al mundo a vela nació en la mente de Michel y Minouche tras varios años de reflexión. Michel, con décadas de experiencia en la navegación a vela, y Minouche, una marinera novata pero entusiasta, decidieron hacer realidad el viaje de sus sueños. Fueron necesarios tres años de preparación antes de que pudieran levar anclas. Fue un periodo de profunda reflexión: qué tipo de barco elegir, cómo organizar las etapas y qué destinos elegir. Tras probar varios tipos de embarcación, la pareja optó por un catamarán, atraída por sus ventajas en términos de comodidad y estabilidad.

El modelo Astréa 42 les pareció el compromiso perfecto entre prestaciones, confort y precio; dimensiones ideales y prestaciones a vela que no tienen nada que envidiar a los monocascos.

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Navegar hacia nuevos horizontes, sí, pero con un plan muy claro en mente

Organizar un viaje de varios años y dar la vuelta al mundo requiere una preparación meticulosa. Por eso Michel y Minouche se tomaron el tiempo de elaborar un itinerario muy detallado, sin dejar de ser flexibles para mantener algo de lo desconocido en este viaje y añadir un poco más de magia. Por ello, decidieron evitar ciertas zonas de riesgo, en particular aquellas en las que la piratería constituye un peligro, como el Canal de Suez y ciertas regiones de Madagascar.

Así pues, trazaron su ruta teniendo en cuenta los vientos dominantes, las estaciones y las condiciones meteorológicas. Tras varias semanas en el mar, a veces hasta 28 días sin hacer escala, han aprendido a comprender mejor el elemento marino y adaptar su ruta a los caprichos del clima. El tiempo desempeñó inevitablemente un papel decisivo en su aventura, utilizando la ayuda de modernas herramientas de navegación y un router meteorológico en tierra, que les enviaba regularmente previsiones detalladas. Consideran que esta información es esencial para poder navegar con seguridad, evitando tormentas y optimizando sus rutas.

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Encuentros inolvidables

El viaje de Michel y Minouche estuvo repleto de momentos memorables, tanto humanos como naturales. Uno de los más memorables fue el encuentro con una ballena gigante que emergió repentinamente del agua cerca del barco, un acontecimiento que dejó una impresión duradera en Minouche. “Me miró directamente a los ojos antes de volver a sumergirse. Este momento de asombro también estuvo teñido de miedo, pero es una experiencia que nunca olvidaré”, relata con emoción. Delfines, tortugas marinas y rorcuales también se han cruzado en su camino, transformando su vida cotidiana en el mar en una sucesión de espectáculos naturales.

La pareja también conoció a la población local durante sus escalas. Destacan un recuerdo en particular: su llegada a una remota aldea de la isla de Tanna, en el Pacífico, donde los lugareños les acogieron con coronas de flores. Fue un momento emotivo y un testimonio de la humanidad que encontraron durante su aventura.

 

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Una navegación placentera y segura gracias a las prestaciones del Astréa 42

El Astréa 42, que habían elegido por su estabilidad y rendimiento en el mar, ha cumplido con creces las expectativas de Michel y Minouche. A bordo, la pareja quedó encantada al descubrir que el catamarán ofrece excelentes prestaciones para navegar de ceñida con facilidad. “Navegamos a velocidades de 12 a 15 nudos durante algunas de las travesías, solo con una vela mayor y un  génova. Fue increíble”, dice Michel.

El catamarán les permitió hacer travesías rápida y cómodamente, incluso en condiciones de mucho viento. Aprendieron a maniobrar con soltura, ajustando el equilibrio entre las velas, y siempre se sintieron muy seguros a bordo.

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Un retorno repleto de emociones

El viaje llega a su fin, y aunque el regreso a la tierra está teñido de nostalgia, Michel y Minouche saborean los recuerdos de su periplo. “Es una mezcla de orgullo y tristeza. Estamos felices de haber cumplido nuestro sueño, pero es duro dejar esta vida en el mar“, confiesa Michel. Con la experiencia acumulada y los imborrables recuerdos de sus escalas, la pareja descansará ahora un tiempo, compartiendo sus aventuras con la familia y los amigos antes de volcarse en nuevos proyectos, ¡eso esperamos! Sus amigos y familiares, inicialmente reticentes, están ahora orgullosos de su atrevida aventura.

Sus historias de viajes son inspiradoras y demuestran que los sueños pueden hacerse realidad a cualquier edad. A sus 75 y 72 años, Michel y Minouche han demostrado que la aventura no tiene edad y que el mar ofrece una libertad incomparable y un sinfín de experiencias. Después de semejante viaje, sólo queda compartir esta historia, para inspirar a otros a lanzarse a mar abierto.